La historia de la serie AMX 50

¡Comandantes!

Llega abril y con él, de nuevo, La cima del árbol. Este mes, el AMX 50 B francés brilla con luz propia. ¿Pero de dónde ha salido este carro? Vamos a sumergirnos en su fascinante pasado.

La esperanza de una generación

Tras la II Guerra Mundial, el ejército francés carecía de carros de combate modernos en su flota. No les faltaba, sin embargo, ambición ni la firme voluntad de incorporarse de nuevo a la primera línea del juego político internacional. En este sentido, la nación estaba decidida a reforzar su industria militar y puso todas sus esperanzas en el desarrollo de un nuevo carro medio. Así, Francia fue una de las primeras naciones en abandonar el concepto de los carros pesados.


El vehículo en diciembre de 1945: AMX M4

Empresas como Forges et Chantiers de la Méditerranée (FCM), Lorraine, Somua, Renault y, claro está, Ateliers de Construction d'Issy-les-Moulineaux (AMX) presentaron sus planes de desarrollo, pero el encargo definitivo se lo llevó esta última. En aquel momento no sabían que se estaban embarcando en un viaje que duraría casi década y media.

Una infancia difícil 

La historia comenzó en 1945 con un carro llamado Char AMX 45, también conocido como Projet 141 o NOM 141. Su primer boceto data del mes de agosto, con un blindaje frontal de 120 mm (blindaje frontal inferior = 50 mm) y entre 50 y 60 mm en los laterales. La torreta contaba con un espesor de 110 mm, 30 mm a los lados. A finales de ese mes, sin embargo, ya se había rediseñado. Entre 1946 y 1948 el vehículo sufrió una serie de cambios drásticos entre una versión y otra hasta que, llegado un punto, parecía más bien un primo lejano del Tiger II. En más de una ocasión superó también la barrera de las 50 toneladas, dependiendo de la espesura de su blindaje y armamento.

El vehículo a principios de 1949

En marzo de 1949 se logró un avance que resultaría determinante: se introdujo en los planos del AMX una torreta oscilatoria diseñada por la empresa FAMH. A finales de ese año, el carro estaba terminado, pero, lamentablemente, ya era demasiado tarde. El ejército no estaba nada satisfecho con su cañón estándar de 90 mm. 

Primeros éxitos

Todo aquello hizo que, en 1950, el prototipo recibiera un cañón más potente de 100 mm, justo lo que necesitaba para impresionar al ejército francés. Se construyeron dos nuevos vehículos con torretas oscilatorias rediseñadas. Con un peso de 55 toneladas, uno de ellos terminó presentándose ante un regimiento francés apostado en Alemania. Parecía que la fortuna empezaba a sonreírle al AMX 50.

Los dos prototipos de AMX 50 en 1951: el desfile del Día Nacional de Francia

La situación siguió mejorando y el 14 de julio de 1951 los dos prototipos desfilaron por las calles de París durante la celebración del Día Nacional de Francia. Allí llamaron la atención del ejército sueco, inmerso por aquel entonces en el proyecto Emil. Pero también hubo otro país interesado en el AMX 50: los Estados Unidos de América. Su curiosidad era tal que Francia accedió a proporcionarles su primer prototipo para fines de prueba desde diciembre de 1951 a marzo de 1953.

Primeras decepciones 

Por desgracia, las pruebas estadounidenses no hicieron sino resaltar los inconvenientes del AMX. El vehículo era una verdadera joya de la ingeniería, pero su inusual torreta era demasiado vulnerable: con un solo tiro y algo de suerte podía quedar inutilizada por completo. Hasta ahí llegó el entusiasmo inicial, y la empresa francesa tuvo que devolver el proyecto a las mesas de dibujo. Se esbozó una nueva colección de variantes con una versión de 70 toneladas, así como prototipos con torretas más ligeras o cañones más grandes, de hasta 120 mm.


El AMX 50 en 1950 con un cañón de 120 mm

Instalar semejante pepino en el AMX 50 resultó ser una jugada complicada. El carro pesaba ya casi 60 toneladas y medía unos 3,50 m de alto, ¡incluso más que el Maus! Así, en 1953, AMX decidió crear una versión más plana del vehículo denominada «Surbaissé».

¿De medio a pesado?

Sin embargo, contra todo pronóstico, esta variante se dejó de lado en favor de otra de mayor blindaje llamada «Surblindé». Y sí, ¡esta sigue siendo la historia de un carro medio! Haciendo caso omiso de sus experiencias anteriores, la empresa AMX continuó trabajando en esta versión hasta que la masa de combate del vehículo alcanzó casi 58 toneladas. Como os podréis imaginar, los cañones más grandes y el blindaje más sólido no libraron al AMX 50 de sus inconvenientes. Cuanto más grande se hacía, menos fiable resultaba.

Pruebas del AMX 50 Surbaissé en 1958

Al AMX le costó otros cinco años volver a su versión más baja, pero para entonces ya era demasiado tarde. Los últimos documentos que lo mencionan tienen fecha de enero de 1959. Por aquella época, los carros pesados soviéticos eran sus supuestos rivales principales, pero lo cierto es que estos se lo habrían comido con patatas. Hoy en día, el último modelo del AMX 50 descansa en el Museo de Blindados de Saumur, donde es posible admirarlo en toda su elevada gloria.

 

¡A rodar!

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